Cuando miro atrás recuerdo la casa de mi niñez tan llena de vida.
En el campo el cultivo;
después la cosecha, la vendimia…
Allí logré alimentarme de tanta belleza y sentimientos.
En cada semilla que yo plantaba,
en cada flor que yo regaba
sentía que algo de mì quedaba
hasta lograr vivir
las más maravillosas épocas del año.
Día a día, siempre algo me traían.
la primavera, frescura,
el verano, sueños,
el otoño, lejanía,
el invierno, el refugio
de mis recuerdos.
Qué más puedo pedir a tanta belleza.
ANA VEGA