Mientras la ciudad está vacía
escucho el repicar de las campanas.
Casas oscuras, desgarradas,
húmedas de lluvia y pobreza en sus ventanas.
y en sus puertas, una llave a la esperanza,
y en la esperanza una cálida llamada.
En la oscuridad de la noche,
escucho el repicar de las campanas
de una ciudad vacía de alma.
ANA VEGA