POESÍA DE ANA VEGA

Quién pudiera coger la niñez que la madurez me quitó. Quién pudiera coger aquel amor que mis labios besó. Quién pudiera ser rosa quién ruiseñor. Quién me quitará las espinas que la vida me clavó. ANA VEGA

No somos más que risas incubiertas marionetas manejadas por los poderosos, hambrientos de riquezas. Yo prefiero un sabio pobre a un rico hambriento. ANA VEGA

Presiento que voy perdiéndome, buscando llanuras en las que montañas no vea. Mi vida es un desierto sin agua para mojar mis labios sedientos, para aliviar las llagas del dolor marcadas por el hierro candente del tiempo, por fracasos inocentes de jugar a quererme, de esparcir ilusiones que ya no prenden. ANA VEGA

Estoy cansada de esperar a que las olas vengan hacia mí, pero no llegan. Sólo veo una mar en tempestad que cautiva mi mente y no me deja desahogar. Solo martillea mis pensamientos, recordándome que soy la hija de la tempestad. ANA VEGA

Ayúdame a seguir caminando, dame esperanzas para seguir luchando. Miraré al cielo mientras camino, pediré una estrella que traiga felicidad a mi corazón de peregrina, buscaré en la playa la brisa que acaricie mi cara. Buscaré moldes que castillos hagan. ANA VEGA