(dedicado al galgo español)
Tengo mis patas doloridas
de recorrer tierras que no son mías,
de vaciar mis fuerzas,
de esperar a que llamen a mi puerta.
Tengo mis patas doloridas
de llagas que no cicatrizan,
de esperar a que pase el tiempo
para caer en cenizas,
de este fuego que me quema
y nadie lo evita.
ANA VEGA